Arteritis equina viral (+ssRNA, Arteriviridae, Equarterivirus): Diagnóstico molecular (RT-PCR).
 
Información 02-01-2012.

    La arteritis viral equina (AVE) es una enfermedad contagiosa que afecta al aparato respiratorio de equinos, denominada así por las lesiones inflamatorias características inducidas por el virus causal en los vasos sanguíneos más pequeños, sobre todo en las arteriolas del animal con una infección aguda. El AVE es producida por el virus de la arteritis equina un virus ARN pequeño, envuelto que es el virus prototipo del género Arterivirus, familia Arteriviridae, orden Nidovirales. Basado en su estructura genética y su estrategia de replicación, otros tres virus han sido clasificados en el mismo género y familia, el virus incrementador de la deshidrogenasa láctica de ratones, el virus de la fiebre hemorrágica del simio y de mayor importancia, el virus del síndrome respiratorio y reproductivos porcino;  que produce grandes pérdidas económicas en las poblaciones porcinas en América del Norte, Europa y otras partes. Toda la evidencia acumulada indicaría que la infección natural con AVE se restringe a los miembros de la familia Equidae.

     El virus no se transmite a los humanos. El virus de la arteritis equina no es un virus particularmente resistente fuera del cuerpo y es rápidamente inactivado por un rango de condiciones fisicoquímicas. Es sensible a la luz del sol, temperaturas altas, humedad baja y varios desinfectantes y solventes de lípidos. Sin embargo, la viabilidad del virus se conserva en temperaturas de refrigeración ó congelación. El virus de la arteritis equina puede permanecer infectivo en el semen congelado por períodos muy largos de tiempo, inclusive por muchos años

       Basado en los brotes registrados de AVE y los resultados de estudios serológicos, la AVE está distribuida en muchas poblaciones equinas a lo largo del mundo. Japón e Islandia son notables excepciones. Los estudios de diferentes poblaciones equinas han mostrado que la prevalencia de la infección de AVE puede variar ampliamente entre las razas de caballos tanto en el mismo país como entre los países. Es importante destacar que la diseminación generalizada de AVE puede ocurrir tanto en los hipódromos como en las granjas de cría. Debido a que muchos casos de infección primaria con AVE son asintomáticos, la ausencia de evidencia clínica de AVE no es ninguna garantía de ausencia del virus en cualquier población caballar.

      Factores del virus, huésped y medioambientales están involucrados en la epidemiología de AVE. Entre ellos se han identificado como de importancia: la variación de la patogenicidad en cepas de brotes naturales de AVE, las rutas de transmisión en fases agudas y crónicas de la infección, la persistencia del virus en el semental y la naturaleza de la inmunidad adquirida por la infección.

     Los caballos en estado agudo de la infección eliminan el virus de la AVE durante un período limitado de tiempo en varias secreciones y excreciones del cuerpo. La mayor concentración de virus normalmente se elimina por vía del tracto respiratorio; la diseminación del virus puede durar hasta 16 días. La transmisión por aerosol es el medio más significativo de diseminación de AVE ya sea en las granjas de cría ó dondequiera que los caballos estén en contacto íntimo entre si, por ejemplo, en hipódromos, muestras, ventas ó clínicas veterinarias. Una vía importante adicional de transmisión del virus en las granjas de cría es venérea por el semental agudamente infectado. La transmisión de AVE también puede ocurrir por la ruta congénita, produciendo el aborto ó el nacimiento de un potrillo vivo pero congénitamente infectado y enfermo. En tales ocasiones, la placenta, el líquido amniótico  y el feto son fuentes abundantes de virus. En el caso del semental portador, la transmisión de AVE ocurre sólo por la ruta venérea

     Aun persiste un grado de confusión sobre la real importancia clínica de AVE. Esto se deriva principalmente del concepto erróneo que la AVE es una seria enfermedad con una tasa de letalidad del 40 al 60%. La realidad es que la mayoría de casos naturales de infección de AVE son cuadros subclínicos. La exposición al virus puede resultar en infecciones clínicas ó inaparentes que dependen de la cepa viral involucrada, la dosis del virus, edad y condición física del animal infectado y de varios factores medioambientales. La tasa de morbilidad puede diferir significativamente entre los brotes de AVE, con tasas mayores en las grandes concentraciones de caballos, por ejemplo, en hipódromos. Los caballos mantenidos en estas circunstancias están frecuentemente estresados por las demandas del entrenamiento y las competencias.

      El comienzo de los signos clínicos esta precedido por un período de incubación de 3 a 14 días que varían según la ruta de infección. Es más corto en el caso de exposición por aerosol y más prolongado si la transmisión ocurre por la ruta venérea.

     Los casos típicos de la enfermedad pueden presentar todos ó cualquier combinación de los siguientes síntomas:
  • Fiebre hasta 41ºC  que puede durar desde 2 a 9 días
  • Un grado variable de anorexia y depresión
  • Leucopenia
  • Edema en los miembros que principalmente se puede observar en la parte inferior de miembros posteriores pero que puede involucrar los cuatro miembros
  • Descarga nasal serosa-mucoidea asociada con un grado variable de rinitis
  • Edema supraorbital ó periorbital
  • Conjuntivitis de diferente severidad, normalmente llamado "ojo rosado"
  • Epifora que puede ser unilateral ó bilateral
  • Fotofobia, muy frecuentemente observada en los casos con las conjuntivitis severas;
  • Edema que involucra el escroto y prepucio en los potrillos/padrillos y las glándulas mamarias en la yegua
  • Salpullido de urticaria que puede presentarse como lesiones localizadas, pequeñas, discretas, normalmente en las mejillas, los lados del cuello ó región del pecho, ó generalizadas, como un salpullido máculo-papular en la mayoría del cuerpo
  • Aborto en la yegua
  • Neumonía intersticial fatal ó neumoenteritis en los potros jóvenes

      Otros signos clínicos que se observan menos frecuentemente incluyen:
  • Tumefacciones edematosas adventicias en el espacio intermandibular, debajo del esternón, la región del hombro u otras partes del cuerpo;
  • Estrés respiratorio, incluso con polipnea y disnea, sobre todo en los potros jóvenes;
  • Tos
  • Diarrea
  • Paresia en tren posterior y ataxia
  • Linfadenopatía submaxilar
  • Erupciones papulares en la membrana mucosa del labio superior; normalmente se encuentran asociadas con un salpullido en piel
  • Erosiones gingivales y bucales

       En general, la severidad de la AVE tiende ser mayor en los caballos muy jóvenes ó viejos, en los individuos debilitados y en caballos que están físicamente estresados. Es importante enfatizar que con muy pocas excepciones, los caballos afectados con esta enfermedad se recuperan completamente, incluso en ausencia de cualquier tratamiento sintomático. Los caballos en entrenamiento pueden experimentar un período de menor performance durante las fases agudas y tempranas de convalecencia de la infección. La mortalidad en los casos naturales de infección de AVE ocurre, pero son infrecuentes en neonatos que normalmente se infectan congénitamente con el virus; éstos sucumben de una neumonía intersticial fulminante dentro de las 48 a 96 horas del nacimiento. También se han reportado muertes en los potros de pocas semanas a meses de edad que desarrolla una rápida neumoenteritis progresiva.
    
      Las yeguas preñadas expuestas a la AVE pueden abortar en la fase aguda tardía ó en la fase convaleciente temprana de la infección y no meses después de la exposición viral, como algunos podrían creer. El aborto puede ó no precederse por signos clínicos de AVE en la yegua infectada. Se han registrado casos de aborto por infección natural ó experimental de AVE desde los 3 hasta los 10 meses de gestación. El porcentaje de abortos en las yeguas susceptibles puede variar ampliamente desde menos de 10 % hasta el 50 y 60 %. La exposición de yeguas preñadas con AVE en períodos tardíos de la gestación puede no producir el aborto sino el nacimiento de un potro infectado congénitamente con el virus. Estos potrillos invariablemente sucumben rápidamente de neumonía intersticial progresiva dentro de los primeros 3 a 4 días de vida. Las yeguas que abortan debido a AVE no parecen sufrir efectos adversos en la fertilidad.
    En contraste, los sementales afectados con AVE pueden sufrir un período corto de subfertilidad. Se cree que esto es el resultado del incremento de la temperatura testicular causada por la pirexia y el severo edema escrotal que pueden presentarse en las infecciones agudas del semental.

       En vista a la similitud clínica de esta enfermedad con otras enfermedades infecciosas y no infecciosas de los equinos, un diagnóstico provisional de la AVE puede ser confirmado por el suministro de una muestra adecuada para evaluarla en el laboratorio. Cuando se sospeche de una infección aguda de la AVE, la confirmación del diagnóstico se basa en el aislamiento del virus, detección del ácido nucléico del antígeno viral o la demostración de una respuesta específica de anticuerpos por una prueba pareada (en fase aguda y convaleciente) del suero recolectado con 3 o 4 semanas de diferencia.

       Las muestras más adecuadas para realizar la prueba en la fase aguda de la enfermedad incluyen secreciones nasofaringeas y conjuntivales así como muestra sanguínea conservada con EDTA. Para optimizar la detección del virus, las muestras deben ser recolectadas tan pronto como sea posible luego del pico de fiebre o cuando se sospeche de los signos de una infección por este virus. Las secreciones deben ser transferidas a un medio de transporte viral y enviadas refrigeradas o congeladas en un envase adecuado para el laboratorio. Las muestras de sangre deben ser enviadas al laboratorio refrigerado pero no congelado.

      Cuando se sospeche de abortos, la detección y el aislamiento del virus deben hacerse con fluidos y tejidos de la placenta, pulmones, hígado y tejidos linforeticulares del feto. Al sospechar de casos de muerte de potros o caballos viejos, la mayoría de los tejidos incluyendo, ganglios linfáticos asociados al tracto respiratorio y digestivo, deben ser recolectados para el examen de laboratorio.

     La infección de la AVE es confirmada serologicamente por la demostración de la seroconversión o por un aumento significativo (4 veces o más) de los títulos de anticuerpos al virus. Cuando se investiga sobre un posible caballo en estado de portador, primero que todo es importante, determinar de forma individual si es serologicamente positivo o negativo a los anticuerpos para el VAE. Como el estado de portador nunca ha sido diagnosticado en un padrillo seronegativo, solo los padrillos con títulos de 1:4 o mayores del virus, sin una historia clínica apropiada y certificada de vacunación contra AVE, es considerado un portador. El estado de portador puede ser confirmado por el aislamiento viral o por detección del ácido nucleico viral en una muestra de semen.  

     En IVAMI realizamos el diagnóstico de laboratorio detectando el genoma ARN de este virus mediante una transcripción seguida de amplificación (RT-PCR).

Muestra  recomendada: Sangre total con EDTA (2-5mL) refrigerada (no congelada) enviar a las 48 horas de extraída.