Conducto Mülleriano persistente, Síndrome del ... (Persistent Müllerian duct syndrome) - Genes AMH o AMHR2.

El síndrome del conducto Mülleriano persistente es una alteración del desarrollo sexual que afecta a los varones. Aunque los varones con esta alteración tienen órganos reproductores masculinos normales, también tienen un útero y trompas de Falopio. Las trompas de Falopio y el útero se derivan de una estructura llamada conducto de Müller durante el desarrollo del feto. El conducto de Müller generalmente se degrada durante el desarrollo temprano en los varones, pero persiste en las personas con síndrome del conducto de Müller persistente. Las personas afectadas tienen los cromosomas normales de un varón (46, XY) y los genitales masculinos externos normales.

Los primeros signos y síntomas observados en los varones con el síndrome suelen ser criptorquidia o hernia inguinal. Normalmente, las trompas de Falopio y el útero se descubren cuando se realiza una cirugía para tratar estas condiciones. Los testículos y los órganos reproductores femeninos se pueden ubicar en posiciones inusuales en el síndrome. En ocasiones, la criptorquidia bilateral y el útero se encuentra en la pelvis. Más a menudo, sólo un testículo ha descendido con normalidad al escroto. A veces, el testículo descendido tira de la trompa de Falopio y el útero, lo que provoca una forma de hernia inguinal llamada hernia inguinalis de útero. En otros casos, el testículo que no ha descendido tira en la misma línea desde el otro lado del cuerpo dando lugar a una hernia inguinal. Esta alteración, llamada ectopia testicular transversal, es común en las personas con el síndrome del conducto Mülleriano persistente. Otros efectos del síndrome pueden incluir infertilidad o hematospermia. Los testículos no descendidos pueden degenerarse o desarrollar cáncer si no se tratan.

Este proceso es debido a mutaciones en el gen AMH, situado en el brazo corto del cromosoma 19 (19p13.3) o en el gen AMHR2 (12q13). Estos genes, codifican la proteína hormona antimulleriana (AMH) y la proteína AMH receptor tipo II, respectivamente. Ambas proteínas están involucradas en la diferenciación sexual masculina. Todos los fetos desarrollan conducto de Müller, el precursor de los órganos reproductivos femeninos. Durante el desarrollo de un feto masculino, estas dos proteínas actúan juntas para provocar la apoptosis de las células de los conductos de Müller. Como resultado, el conducto de Müller se degrada rompe en los varones. En las mujeres, que no producen la proteína durante el desarrollo fetal, el conducto de Müller se convierte en las trompas de Falopio y el útero.

Se han identificado al menos 38 mutaciones en el gen AMH en personas con el síndrome del conducto Mülleriano persistente tipo 1 y al menos 24 mutaciones en el gen AMHR2 en las personas con síndrome del conducto Mülleriano persistente tipo 2. La mayoría de las mutaciones cambian los aminoácidos en la proteína. Algunas mutaciones resultan en una señal de parada prematura que conduce a una proteína anormalmente corta mientras que otras, eliminan regiones de ADN que cambia la codificación para la síntesis de la proteína. Las mutaciones en los genes de AMH y AMHR2 conducen a proteínas no funcionales que no pueden inducir la regresión del conducto de Müller. Como resultado de estas mutaciones, el conducto de Müller persiste y pasa a formar un útero y las trompas de Falopio. Debido a que la proteína de AMH y la proteína AMH receptor tipo II no están involucradas en la formación de los órganos reproductivos masculinos, los varones afectados también tienen órganos reproductores masculinos.

Esta enfermedad se hereda con un patrón autosómico recesivo, es decir, ambas copias del gen en cada célula debe tener las mutaciones para que se exprese la alteración. Los padres de un individuo con una enfermedad autosómica recesiva tienen una copia del gen mutado, pero por lo general no muestran signos y síntomas de la enfermedad. Sin embargo, el síndrome afecta sólo a los varones. Las mujeres con dos copias mutadas del gen no muestran signos y síntomas de la alteración.

Pruebas realizadas en IVAMI: en IVAMI realizamos la detección de mutaciones asociadas  con síndrome del conducto Mülleriano persistente, mediante la amplificación completa por PCR de los exones de los genes AMH y AMHR2, respectivamente y su posterior secuenciación.

Muestras recomendadas: sangre extraída con EDTA para separación de leucocitos sanguíneos, o tarjeta impregnada con muestra de sangre desecada (IVAMI puede enviar por correo la tarjeta para depositar la muestra de sangre).