Displasia craneoectodérmica (Cranioectodermal dysplasia) – Genes WDR35, IFT122, WDR19, o IFT43.           

La displasia craneoectodérmica es una enfermedad que afecta a muchas partes del organismo y que se caracteriza por anomalías óseas y desarrollo anormal de los tejidos ectodérmicos, que incluyen la piel, el cabello, las uñas y los dientes.           

Los signos y síntomas de esta enfermedad varían entre los individuos afectados, incluso entre los miembros afectados de una misma familia. Estos signos y síntomas pueden incluir prominencia frontal y dolicocefalia debida a craneosinostosis sagital, orejas de implantación baja que pueden girar hacia atrás, telecanto, fisuras palpebrales oblicuas hacia arriba o hacia abajo así como displasia metafisaria que provoca extremidades cortas y baja estatura. Otras características pueden incluir braquidactilia y una caja torácica estrecha con costillas cortas, lo que puede generar problemas respiratorios, especialmente en los recién nacidos afectados. Por su parte, el desarrollo anormal de los tejidos ectodérmicos en personas con displasia craneoectodérmica puede generar pelo ralo, dientes pequeños o ausentes, uñas cortas y piel flácida.           

Esta enfermedad puede afectar a órganos y tejidos adicionales en el organismo. La nefronoptisis se produce en muchas personas afectadas y puede provocar enfermedad renal en etapa terminal. Las anomalías del hígado, el corazón o los ojos también se producen en personas con displasia craneoectodérmica.           

La displasia craneoectodérmica es debida a mutaciones en uno de al menos cuatro genes: el gen WDR35, situado en el brazo corto del cromosoma 2 (2p24.1), el gen IFT122, situado en el brazo largo del cromosoma 3 (3q21), el gen WDR19, situado en el brazo corto del cromosoma 4 (4p14) o el gen IFT43, situado en el brazo largo del cromosoma 14 (14q24.3). Estos genes, codifican proteínas que están implicadas en la formación y mantenimiento de los cilios. Los cilios son importantes para la estructura y función de muchos tipos de células, incluyendo las células de los riñones, el hígado y el cerebro. Los fotorreceptores en la retina también contienen cilios, que son esenciales para la visión normal. Además, los cilios desempeñan un papel en el desarrollo de los huesos, aunque el mecanismo no se conoce bien. La proteína codificada a partir de cada uno de estos genes es una subunidad de un complejo de proteína denominado complejo IFT A (IFT-A). Este complejo se encuentra en los cilios que sobresalen de la superficie de las células. El complejo IFT-A está implicado en el transporte intraflagelar, que mueve moléculas en el interior de los cilios. Este movimiento es esencial para el ensamblado y mantenimiento de estas estructuras. El complejo IFT-A transporta materiales desde el extremo hasta la base de los cilios. Además, el complejo IFT-A es esencial para la regulación adecuada de la vía de señalización “Sonic Hedgehog”, que es importante para el crecimiento y la diferenciación celular, así como para el patrón estructural de muchas partes del organismo, especialmente durante el desarrollo embrionario. El papel exacto del complejo en esta vía no está claro.           

Se han identificado al menos 8 mutaciones en el gen WDR35, 2 mutaciones en el gen WDR19, 6 mutaciones genéticas IFT122 y 1 mutación en el gen IFT43 en las personas con displasia craneoectodérmica. Las mutaciones en cualquiera de los cuatro genes mencionados reducen la cantidad o la función de una de las subunidades IFT-A. La deficiencia o una función anómala de un solo componente del complejo IFT-A impide la función de todo el complejo, lo que altera el ensamblado y mantenimiento de los cilios. Estas mutaciones generan un número más reducido de cilios y anomalías en su forma y estructura. Aunque el mecanismo es confuso, una pérdida de los cilios normales impide el correcto desarrollo de huesos, tejidos ectodérmicos y otros tejidos y órganos, conduciendo a las características de la displasia craneoectodérmica. Alrededor del 40% de las personas con displasia craneoectodérmica tienen mutaciones en uno de los cuatro genes conocidos. El motivo de la enfermedad en personas sin mutaciones en uno de estos genes es desconocido.

Esta enfermedad se hereda con un patrón autosómico recesivo, lo que significa que ambas copias del gen en cada célula deben tener las mutaciones para que se exprese la alteración. Los padres de un individuo con una enfermedad autosómica recesiva tienen una copia del gen mutado, pero por lo general no muestran signos y síntomas de la enfermedad.

Pruebas realizadas en IVAMI: en IVAMI realizamos la detección de mutaciones asociadas  con displasia craneoectodérmica, mediante la amplificación completa por PCR de los exones de los genes WDR35, IFT122, WDR19 y IFT43, respectivamente, y su posterior secuenciación.

Muestras recomendadas: sangre extraída con EDTA para separación de leucocitos sanguíneos, o tarjeta impregnada con muestra de sangre desecada (IVAMI puede enviar por correo la tarjeta para depositar la muestra de sangre).