Sudoración inducida por frío (Cold induced sweating syndrome) – Genes CRLF1 y CLCF1.

 

            El síndrome de la sudoración inducida por el frío se caracteriza por problemas con la regulación de la temperatura corporal y otras anomalías que afectan a muchas partes del organismo. En la infancia, las características asociadas con frecuencia se conocen como síndrome de Crisponi. Originalmente se pensaba que el síndrome de la sudoración inducida por el frío y el síndrome de Crisponi eran alteraciones diferentes, pero ahora se considera que representan la misma enfermedad en diferentes momentos a lo largo de la vida.

 

            Los recién nacidos con síndrome de Crisponi tienen rasgos faciales inusuales, incluyendo un puente nasal plano, fosas nasales giradas hacia arriba, surco nasolabial,  paladar abovedado, micrognatia y orejas de implantación baja. Los músculos de la parte inferior de la cara son débiles, dando lugar a graves dificultades de alimentación, babeo excesivo y problemas respiratorios. Otras anomalías físicas asociadas con el síndrome de Crisponi incluyen una erupción cutánea escamosa, la incapacidad de extender completamente los codos, los dedos y las manos, malformaciones de los pies y dedos superpuestos. A los seis meses de edad, los recién nacidos con síndrome de Crisponi desarrollan fiebre alta inexplicable que aumentan el riesgo de convulsiones y muerte súbita.

 

            Muchos de los problemas de salud asociados con el síndrome de Crisponi mejoran con el tiempo, y los individuos afectados que sobreviven el período neonatal desarrollan otras características del síndrome de la sudoración inducida por el frío en la primera infancia. Dentro de la primera década de la vida, las personas afectadas comienzan a tener episodios de hiperhidrosis. La sudoración excesiva generalmente se desencadena por la exposición a temperaturas por debajo de aproximadamente 18ºC o 21ºC, pero también pueden ser desencadenada por el nerviosismo o comer alimentos azucarados. Paradójicamente, las personas afectadas no tienden a sudar en condiciones más cálidas. Los adolescentes con síndrome de la sudoración inducida por el frío suelen desarrollar escoliosis, cifosis, o cifoescoliosis. Aunque los recién nacidos pueden desarrollar fiebres mortales, los individuos afectados que sobreviven a la infancia tienen una esperanza de vida normal.

 

            Alrededor del 90% de los casos de síndrome de sudoración inducida por el frío y el síndrome de Crisponi son debidos a mutaciones en el gen CRLF1, situado en el brazo corto del cromosoma 19 (19p12). Estos casos se designan como CISS1. El 10% restante de los casos son debidos a mutaciones en el gen CLCF1, situado en el brazo largo del cromosoma 11 (11q13.3) y se designan como CISS2. Las proteínas codificadas a partir de los genes CRLF1 y CLCF1 (factor de citoquinas similar al receptor 1, factor de citoquinas cardiotrofina 1, respectivamente) actúan juntas como parte de una vía de señalización que está implicada en el desarrollo normal del sistema nervioso. Esta vía parece ser particularmente importante para el desarrollo y mantenimiento de las neuronas motoras. Además, se cree que esta vía tiene un papel en una parte del sistema nervioso simpático, específicamente en la regulación de la sudoración en respuesta a cambios de temperatura y otros factores. En este sentido, las proteínas codificadas a partir de los genes CRLF1 y CLCF1 parecen ser críticas para el desarrollo normal y la maduración de las células nerviosas que controlan la actividad de las glándulas sudoríparas. Así mismo, es probable que los genes CRLF1 y CLCF1 tengan funciones fuera del sistema nervioso, incluyendo funciones en la respuesta inflamatoria del organismo y en el desarrollo óseo. Sin embargo, se sabe poco acerca de su participación en estos procesos.

 

            Se han identificado al menos 4 mutaciones en el gen CLCF1 y 10 mutaciones en el gen CRLF1 en las personas con el síndrome de la sudoración inducida por el frío. Estos cambios genéticos interrumpen el desarrollo normal de varios sistemas del organismo, incluyendo el sistema nervioso. Esto es debido a que las proteínas codificadas por estos genes son defectuosas y no pueden interactuar. La función de estos genes en el desarrollo del sistema nervioso simpático puede ayudar a explicar la sudoración anormal que es característica de esta enfermedad, incluidos los patrones de sudoración inusual y los problemas relacionados con la regulación de la temperatura corporal. La participación de estos genes en el desarrollo de las neuronas motoras y el desarrollo óseo proporciona pistas sobre algunos de los otros signos y síntomas del síndrome de la sudoración inducida por el frío, incluyendo rasgos faciales distintivos, debilidad muscular facial y anomalías esqueléticas. Sin embargo, poco se sabe acerca de cómo estas mutaciones genéticas subyacen a estas otras características de la enfermedad.

 

          El síndrome de la sudoración inducida por el frío se hereda con un patrón autosómico recesivo, lo que significa que ambas copias del gen en cada célula deben tener las mutaciones para que se exprese la alteración. Los padres de un individuo con una enfermedad autosómica recesiva tienen una copia del gen mutado, pero por lo general no muestran signos y síntomas de la enfermedad.

 

Pruebas realizadas en IVAMI: en IVAMI realizamos la detección de mutaciones asociadas  con el ndrome de la sudoración inducida por el frío o síndrome de Crisponi, mediante la amplificación completa por PCR de los exones delos genes CRLF1 y CLCF1, respectivamente, y su posterior secuenciación.

 

Muestras recomendadassangre extraída con EDTA para separación de leucocitos sanguíneos, o tarjeta impregnada con muestra de sangre desecada (IVAMI puede enviar por correo la tarjeta para depositar la muestra de sangre).