Leucemia mieloide crónica (Chronic myeloid leukemia) - Genes BCR, ABL1, cromosoma 9 y cromosoma 22

La leucemia mieloide crónica (CML), también conocida como leucemia mielógena, es un síndrome mieloproliferativo crónico que se caracteriza por una proliferación descontrolada de los glóbulos blancos de la serie granulocítica. Con el tiempo, estas células invaden la médula ósea y el resto del organismo, impidiendo la producción normal del resto de las células sanguíneas y alterando el funcionamiento de diversos órganos.

Las manifestaciones clínicas de los individuos con leucemia mieloide crónica comienzan por lo general después de los 60 años de edad, y pueden incluir un cansancio extremo, fiebre y pérdida de peso. Muchos individuos afectados desarrollan esplenomegalia, lo que puede provocar una sensación de hinchazón en el abdomen y una pérdida de apetito. Aproximadamente la mitad de las personas con leucemia mieloide crónica inicialmente no manifiestan ningún signo o síntoma y generalmente se diagnostica cuando se realiza un análisis de sangre por otra razón.

La leucemia mieloide crónica consiste en tres fases: la fase crónica, la fase acelerada, y la fase blástica (o crisis blástica). En la fase crónica, el número de leucocitos maduros es elevado, y los mieloblastos representan menos del 10 por ciento de las células sanguíneas. Los signos y síntomas de la enfermedad durante esta fase son generalmente leves o ausentes y progresan lentamente; la fase crónica puede durar de meses a años. En la fase acelerada, el número de mieloblastos es ligeramente superior, y constituyen del 10 a 29 por ciento de las células sanguíneas. Los signos y síntomas continúan empeorando. La fase acelerada por lo general dura de 4 a 6 meses, aunque se omite en algunos individuos afectados. En la crisis blástica, los mieloblastos representan el 30 por ciento o más de las células sanguíneas o de la médula ósea. Los signos y síntomas son más graves en esta fase, e incluyen un bazo agrandado de forma masiva, dolor óseo y pérdida de peso. Las infecciones graves y la hemorragia no controlada pueden ser potencialmente fatal.

La leucemia mieloide crónica es debida a una translocación de material genético entre los cromosomas 9 y 22. Esta translocación, t (9; 22), produce un reordenamiento que fusiona parte del gen BCR (BCR, RhoGEF and GTPase activating protein), situado en el brazo largo del cromosoma 22 (22q11.23) y parte del gen ABL1 (ABL proto-oncogene 1, non-receptor tyrosine kinase), situado en el brazo largo del cromosoma 9 (9q34.1). Esta anomalía cromosómica da lugar a la formación del cromosoma Ph (“Filadelfia”) y a la formación de dos genes híbridos. El primero es BCR-ABL1, situado en el brazo largo del cromosoma 22 o cromosoma Ph; el segundo, denominado ABL1-BCR y situado en el cromosoma derivado 9q+, es recíproco al primero y no parece desempeñar ninguna función en la enfermedad. La proteína resultante del gen BCR-ABL1 es una tirosina quinasa constitutivamente activa que promueve la supervivencia y la proliferación celular continua e inhibe la apoptosis. Esto lleva a una sobreproducción de las células anormales y, con el tiempo, una deficiencia de células sanguíneas normales.

En el 5 al 10 por ciento de los casos de leucemia mieloide crónica, el gen de fusión BCR-ABL1 es creado por reordenamientos complejos que implican otros cromosomas, además de los cromosomas 9 y 22. Estos cambios genéticos se denominan variantes de translocaciones de Ph (“Filadelfia”). Estos casos son similares a los provocados ??por t (9; 22).

Se cree que ciertos cambios genéticos adicionales desempeñan un papel en la progresión de la fase crónica de la enfermedad a la fase acelerada, y la fase blástica. Los cambios genéticos más frecuentes asociados con la progresión a una crisis blástica incluyen una copia extra del chromosome 8 (trisomía 8), una anomalía del cromosoma 17, y una duplicación del cromosoma Ph (“Filadelfia”). Cuando estas mutaciones somáticas se producen en células con el cromosoma Philadelphia, es probable que promuevan aún más la proliferación celular incontrolada.

La leucemia mieloide crónica generalmente no se hereda, sino que surge de una mutación en las células del organismo que se produce después de la concepción. Esta alteración se denomina una mutación somática.

Pruebas realizadas en IVAMI: en IVAMI realizamos la detección de mutaciones asociadas  con la leucemia mieloide crónica, mediante la amplificación completa por PCR de los exones de los genes BCR y ABL1, respectivamente, y su posterior secuenciación.

Muestras recomendadas: sangre extraída con EDTA para separación de leucocitos sanguíneos, o tarjeta impregnada con muestra de sangre desecada (IVAMI puede enviar por correo la tarjeta para depositar la muestra de sangre).