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Micoplasmas urogenitales (Mycoplasma hominis, Mycoplasma genitalium,  Ureaplasma urealyticum y Ureaplasma parvum): interés del diagnostico por PCR

 

Información (22-04-14)

 

Cuatro especies de micoplasmas (Mycoplasma hominis, Mycoplasma genitalium,  Ureaplasma urealyticum y Ureaplasma parvum) (Familia Mycoplasmataceae, géneros Mycoplasma y Ureaplasma), pueden encontrarse implicados en distintos tipos de infecciones urogenitales.    

     

Mycoplasma genitalium

 

            Mycoplasma genitalium se aisló en 1980 de muestras uretrales de dos pacientes con uretritis no-gonocócicas, es transmitido por contacto sexual, pero su participación en las infecciones genitales no está totalmente aclarada. En los varones, se ha relacionado con uretritis y artritis (o artritis reactivas); en ambos sexos, con la presencia de exudado y disuria; y en la mujer con prurito vaginal, dispareunia, vaginosis bacteriana y enfermedad pélvica inflamatoria (PID: Pelvis Inflammatory Disease).

 

Mycoplasma hominis

 

            Mycoplasma hominis se encuentra habitualmente como parte de la flora del tracto urogenital, especialmente en mujeres y varones adultos sexualmente activos. Se ha relacionado con varias infecciones como fiebre postaborto, fiebre postparto, salpingitis, vaginosis bacteriana y enfermedad pélvica inflamatoria. Además, se ha encontrado en infecciones extragenitales en pacientes inmunodeprimidos. También se ha relacionado con meningitis, neumonía y abscesos en el recién nacido. Sin embargo, también se considera microflora normal presente en el 20% de los varones y en el 40% de las mujeres.

 

Mycoplasma hominis, también se ha relacionado con casos de infertilidad femenina, nacimientos prematuros, embarazo ectópico, y recién nacidos de bajo peso. Además, se ha aislado de casos de faringitis y enfermedad respiratoria, artritis séptica, infección de sistema nervioso central, e infertilidad de la mujer.

 

La vaginosis bacteriana es el sobrecrecimiento de bacterias en el aparato reproductor de la mujer, y aunque puede aparecer en cualquier mujer, está más relacionada con mujeres sexualmente activas. La vaginosis aparece cuando se altera el pH vaginal normal, cuando disminuyen las defensas, con el uso de duchas vaginales, con la colocación de algunos dispositivos contraceptivos, los diafragma vaginales, o tampones, o con la administración de algunos antibióticos que destruyen a las bacterias normales de la flora vaginal (Mobiluncus spp., Peptostreptococcus spp., Gardnerella vaginalis y Bacteroides spp.), dejando a Mycoplasma hominis como dominante y provocando un desequilibrio de la flora normal. Los síntomas de la vaginosis incluyen el prurito e irritación vaginal, junto con la elevación del pH vaginal, y la presencia de exudado vaginal grisáceo con olor a pescado o marino.

 

Ureaplasma urealyticum y Ureaplasma parvum (antes U. urealyticum biovar 1; ser. 1, 3, 6, 14)

 

Ureaplasma urealyticum y Ureaplasma parvum (Familia Mycoplasmataceae, Género Ureaplasma), forman parte de flora normal genital de varones y mujeres, y se encuentran en 70% de las personas sexualmente activas. Se ha relacionado con las siguientes enfermedades humanas: uretritis no-gonocócica (inespecífica), infertilidad, corioamnionitis, nacimientos prematuros, y en el periodo prenatal neumonía, displasia broncopulmonar y meningitis. En algunas de estas situaciones, su significación es dudosa. Algunos aislados considerados Ureaplasma urealyticum, en realidad corresponden a Ureaplasma parvum.

 

Ureaplasma urealyticum, Ureaplasma parvum  y Mycoplasma hominis, se han aislado de líquido amniótico sin que haya existido una rotura previa de membranas, incluso a las 16-20 semanas de gestación. Ureaplasma urealyticum / Ureaplasma parvum, puede provocar corioamnionitis crónica silente y nacidos prematuros. Ureaplasma urealyticum, Ureaplasma parvum y Mycoplasma hominis pueden causar infecciones crónicas del SNC. En recién nacidos de muy bajo peso, Ureaplasma urealyticum / Ureaplasma parvum, pueden provocar enfermedad pulmonar crónica.

 

Tratamiento de las infecciones por micoplasmas urogenitales

 

            Los micoplasmas carecen de pared celular con peptidoglucano y también de PBPs (penicillin Binding Proteins) en la membrana citoplásmica, por lo que son resistentes a todos los antimicrobianos activos frente a pared celular, como los β-lactámicos. También son resistentes a la rifampicina por tener una ARN-polimerasa diferente, y a las polimixinas, ácido nalidíxico, sulfonamidas y trimetoprim.

 

            Los antimicrobianos útiles son los pertenecientes al grupo de las tetraciclinas, los macrólidos y relacionados (lincosamidas, estreptograminas, cetólidos), los aminoglucósidos, y las fluoroquinolonas. Estos antimicrobianos, además, obtienen buenas concentraciones intracelulares, por lo que son de interés ya que algunas de las especies de micoplasmas, como Mycoplasma hominis y Mycoplasma genitalium, se localizan y sobreviven dentro de las células.

 

            Se ha encontrado resistencia de Mycoplasma hominis a las tetraciclinas (3 a 30% de los casos), por adquisición del gen tetM. Sin embargo, los nuevos derivados de las tetraciclinas, como las glicilciclinas, son activos frente a las cepas resistentes a las tetraciclinas.  Mycoplasma hominis es resistente a eritromicina y a otros macrólidos de 14 átomos (roxitromicina, claritromicina, diritromicina), así como a los de 15 átomos (azitromicina). Sin embargo, es sensible a los macrólidos de 16 átomos (josamicina).

 

            Por la resistencia a los macrólidos, los dos grupos de antimicrobianos de elección son las tetraciclinas y las fluoroquinolonas. Algunas de las infecciones pueden tratarse con un único antibiótico, como las uretritis agudas no-gonocócicas. Las terapéuticas combinadas están indicadas para las infecciones polimicrobianas como la enfermedad pélvica inflamatoria (PID). También está indicada la combinación de antimicrobianos en las infecciones graves en inmunodeprimidos, combinando doxiciclina y clindamicina, o doxiciclina y una fluoroquinolona. En algunas infecciones graves, en las que la difusión del antimicrobiano es importante, como en el sistema nervioso central, debe utilizarse a pesar de los riesgos, cloranfenicol, o su derivado tianfenicol.

 

            Tratamiento de algunas situaciones concretas:

 

            Uretritis no-gonocócicas: debe administrarse una terapia dirigida a todos los patógenos implicados en uretritis no-gonocócicas (Mycoplasma hominis, Mycoplasma genitalium, Chlamydia trachomatis, Ureaplasma urealyticum, y Ureaplasma parvum). Al ser Mycoplasma hominis resistentes a los macrólidos de 14-átomos y de 15-átomos, debe utilizarse una tetraciclina, como doxiciclina (100 mg bid oral durante 7 días), o una fluoroquinolona.

 

            Infecciones urogenitales en la mujer (enfermedad pélvica inflamatoria): al ser la enfermedad pélvica inflamatoria (PDI) una entidad polimicrobiana la terapia debe ser activa frente a Chlamydia trachomatis, Neisseria gonorhoeae, Mycoplasma hominis, aerobios gramnegativos y anaerobios estrictos. Pueden utilizarse combinaciones que incluyan un antimicrobiano activo frente a Mycoplasma hominis (doxiciclina 100 mg, bid-dos veces al día-), ofloxacino (200-400 mg bid-dos veces al día-), o clindamicina (300-450 mg qid-cuatro veces al día-), teniendo en cuenta las posibles reacciones adversas o contraindicaciones como la gestación. La terapia debe reevaluarse a las 72 horas de iniciada y administrarse durante 14 días. En los casos de fiebre postpartum, que puede resolverse sola, sólo tratar pensando en los micoplasmas cuando persista la fiebre a pesar de tratamiento con antibióticos β-lactámicos, o se haya aislado Mycoplasma hominis. Doxiciclina es el antibiótico de elección, y un macrólido de 16 átomos, o una fluoroquinolona, cuando se sospeche resistencia a tetraciclinas, ya que existen cepas resistentes a éstas.

 

            Infecciones extragenitales (infecciones de heridas, articulares, endocarditis, meningitis): pueden administrarse antimicrobianos como doxiciclina, clindamicina, ofloxacino, o ciprofloxacino, durante 2 semanas. Las infecciones articulares u óseas requieren tratamiento prolongado con doxiciclina o clindamicina. Las artritis por Mycoplasma hominis requieren entre 2 semanas y 7 meses de tratamiento. Para infecciones de válvulas protésicas o endocarditis, doxiciclina es el fármaco de elección. Para meningitis, deben utilizarse cloranfenicol y fluoroquinolonas que penetran bien en líquido cefalorraquídeo.

 

            Infecciones del recién nacido: no deben utilizarse tetraciclinas, ni fluoroquinolonas o cloranfenicol. En las infecciones graves como las meningitis por Mycoplasma hominis, pueden utilizarse doxiciclina (2-4 mg/kg/d durante 14 días). No existen macrólidos de 16 átomos inyectables, por lo que una alternativa es el tianfenicol (30-50 mg/kg/d) o ciprofloxacino (30 mg/kg/d).

 

Diagnóstico de las infecciones por micoplasmas urogenitales

 

            El diagnóstico de las infecciones por micoplasmas urogenitales puede ser por métodos de cultivo o por métodos moleculares.

 

Pruebas realizadas en IVAMI:

 

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