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Pruebas de cosméticos - Prueba de eficacia de conservantes (Challenge) según Schülke-Koko.

Prueba no acreditada en nuestro laboratorio.

Prueba con el Certificado de Buenas Prácticas de Laboratorio (BPLs).

Información

Existen varios tipos de pruebas para evaluar la eficacia de los conservantes incorporados a un producto cosmético y la legislación europea no especifica cuál de ellas debe utilizarse (Regulation EC No. 1223/2009 of the European Parlament). Las pruebas de eficacia de conservantes más utilizadas en nuestro laboratorio son la prueba realizada según la norma ISO 11930, o la realizada según la Farmacopea Europea (European Pharmacopoeia). Sin embargo, existen otros ensayos, como el test Schülke-Koko. A diferencia de los análisis descritos por las farmacopeas y la norma ISO 11930, que utilizan únicamente microorganismos patógenos, la prueba Schülke-Koko incluye microorganismos que alteran y degradan el producto. La elección de los microorganismos que alteran el producto se basa en décadas de experiencia del laboratorio Schülke en la prestación de asistencia a los fabricantes de cosméticos en el ámbito de la gestión de la calidad microbiológica. La prueba Schülke- Koko se diferencia también en que utiliza un inóculo mixto, que es un método semicuantitativo, que incluye 6 reinoculaciones y tiene una duración de 6 semanas, con evaluaciones semanales, y por último, en los criterios de evaluación que también difieren de los indicados por otras normativas.

En todas las pruebas de eficacia de conservantes se utilizan cuatro microorganismos: Pseudomonas aeruginosa, Staphylococcus aureus, Candida albicans y Aspergillus brasiliensis. Además, suelen incluirse otros microorganismos que puedan provocar la alteración del producto cosmético (ver a continuación). A diferencia del método de la Farmacopea Europea (European Pharmacopoeia) que utiliza sólo microorganismos patógenos, la prueba Schülke-Koko, incluye microorganismos degradadores, elegidos según la experiencia del servicio de Schülke a los fabricantes de cosméticos.

En esta prueba se utiliza un inóculo con una mezcla de microorganismos (a diferencia de las pruebas basadas en la farmacopea europea y norma ISO 11930, en los que se inoculan los microrganismos de ensayo independientemente) y con un volumen, respecto al producto inoculado, de 0,4% por microorganismo haciendo un total de 2,4% con las 6 inoculaciones semanales a lo largo de la realización de la prueba.

Los microorganismos utilizados son: Pluralibacter gergoviae (previamente Enterobacter gergoviae), Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae, Pseudomonas aeruginosa, Pseudomonas fluorescens, Pseudomonas putida, Burkholderia cepacia, Kocuria rhizophila, Staphylococcus aureus, Candida albicans, Aspergillus niger (syn. Aspergillus brasiliensis), y Talaromyces pinophilus (syn. Penicillium funiculosum o Penicillium pinophilum).

Esta prueba está pensada para simular unas condiciones más equiparables a las condiciones en las que se utiliza un producto cosmético.       Así, al inocular una mezcla de microorganismos, es posible obtener un crecimiento simbiótico similar al que pudiese darse en las condiciones naturales.

El efecto conservante se evalúa semicuantitativamente mediante la evaluación del crecimiento de los microorganismos cuando las muestras se siembran mediante el método de siembra en estría semanalmente. Se evalúan las reducciones de los microorganismos de ensayo semanalmente. Si una muestra cumple el criterio A (reducción ≥4 log para las bacterias y ≥3 log para los hongos), significa que incluso después de la sexta inoculación no se puede observar crecimiento microbiano, y se puede considerar que el producto está bien conservado. Gracias a muchos años de experiencia en el uso de este método de prueba, si un producto cumple el criterio A se puede afirmar la estabilidad microbiológica de 30 meses, que se recomienda para productos cosméticos. Si la formulación cumple con el criterio B (reducción ≥3 log para las bacterias y ≥2 log para los hongos), significa que solo se ha detectado crecimiento ligero hasta la sexta inoculación. En este caso, el análisis de riesgo microbiológico deberá demostrar la existencia de factores de control no relacionados con la formulación; por ejemplo, un paquete protector y/o seguir fuertes exigencias de buenas prácticas de fabricación.

De acuerdo con el método de Schülke-Koko, se debe analizar una muestra no conservada como control positivo que debe mostrar crecimiento microbiano. Si esta muestra no está disponible, el control se realizará con medio de cultivo TSB.