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Cyclospora cayetanensis: Diagnóstico molecular (PCR); Detección molecular en frutas o verduras (PCR)

 

Información 25-08-18.

 

Cyclospora cayetanensis es un protozoo del filo Apicomplexa perteneciente al grupo de los coccidios, considerado un patógeno emergente causante de gastroenteritis importante en humanos, tanto en individuos inmunocompetentes, como en pacientes inmunocomprometidos. Fue descrito inicialmente como causante de diarrea acuosa prolongada en humanos en Papua Nueva Guinea (1979). La designación de la especie Cyclospora cayetanensis fue de 1994 cuando se describió en Perú.

Después de ingerirse e infectar al hospedador, este protozoo sigue un ciclo esquizogónico (asexual) y esporogónico (sexual) en la mucosa intestinal, que conduce finalmente a la eliminación de ooquistes inmaduros con las heces. Estos ooquistes inmaduros deben esporular a lo largo de una a varias semanas a una temperatura de 23ºC a 27ºC, en condiciones de humedad adecuadas para que sean infectivos. Cuando son infectivos, contienen en su interior esporozoitos, que al ingerirse los ooquistes, se liberan en la luz intestinal e infectan a las células de la mucosa para volver a generar los ciclos esquizogónicos y esporogónicos, propios de los coccidios.

Se han observado diarreas asociadas a C. cayetanensis tanto en los países en vías de desarrollo, como en los desarrollados, lo que sugiere la distribución cosmopolita de este organismo. En muchos de los casos descritos en los países desarrollados, existe el antecedente epidemiológico de estancias recientes en países en vías de desarrollo o la ingesta de agua o de alimentos contaminados con ooquistes. Distintos brotes se han descrito en Norteamérica, Sudamérica, Asia, África, Australia, Reino Unido y Europa Occidental asociados al consumo de productos alimenticios contaminados como: frambuesas (raspberries), ensaladas, albahaca (basil) y almejas crudas.

Cyclospora cayetanensis se considera principalmente una causa de diarrea del viajero, sobre todo en individuos que han viajado a países donde es endémico como Nepal, Perú, Indonesia y Guatemala, entre otros. Su diagnóstico no se incluye en los procedimientos habituales de diagnóstico de laboratorio de gastroenteritis para pacientes inmunocompetentes, a menos que exista una razón específica como diarrea prolongada o historia de viajes a una región endémica. En dichas áreas geográficas parece existir una asociación estacional entre la aparición de brotes diarreicos producidos por este organismo y los meses cálidos del año. Así por ejemplo, en Nepal, dicho fenómeno coincide con las lluvias monzónicas, y cuando la temperatura oscila entre 20 y 25ºC, es decir en los meses de junio a agosto, mientras que son infrecuentes los casos durante los períodos secos del año. Por otro lado, este parásito ha sido identificado tanto en pacientes sintomáticos inmunocompetentes e inmunodeprimidos como en individuos sanos, lo que parece poner de manifiesto la existencia de portadores asintomáticos. La proporción de individuos portadores, en áreas tropicales, es variable y oscila entre el 2 y el 10% de la población.

En los individuos inmunocompetentes, la infección sintomática presenta características similares a las de cualquier patógeno no invasor del intestino delgado, con un perfil sindrómico indiferenciable del de otros coccidios intestinales. El periodo de incubación es variable, de 1 a 14 días, aunque por término medio suele ser de una semana. Los pródromos (síntomas iniciales), de 1 a 2 días de duración, consisten en malestar general y febrícula. La fase de estado se caracteriza por la aparición abrupta de diarrea acuosa, con 5 a 10 deposiciones diarias, acompañada de astenia, anorexia, nauseas, vómitos, flatulencia y, ocasionalmente, de dolor abdominal, esteatorrea, malabsorción de D-xilosa, y mialgias. La diarrea inicial dura de tres a cuatro días, pero a los pocos días, y durante varias semanas, aparecen episodios diarreicos intermitentes, de intensidad variable, que pueden determinar una pérdida de masa corporal del 5 al 10%. En los periodos no diarreicos se mantienen la astenia y la anorexia. La duración de la diarrea es muy variable, oscilando entre 4 y 107 días, con una media de cuatro a nueve semanas. La resolución de los síntomas se produce de forma abrupta y se asocia con la desaparición de los ooquistes fecales.

En los pacientes inmunodeprimidos, el cortejo sintomático es similar al observado en los pacientes inmunocompentes aunque, a diferencia de éstos, en los que el proceso es autolimitado, en los primeros es más insidioso y prolongado en el tiempo, con tendencia a la cronificación, y siempre revistiendo una mayor gravedad. Aunque C. cayetanensis es un patógeno intestinal primario, también ha sido relacionado con la producción de colecistitis alitiásica en pacientes infectados por el virus de la inmunodeficiencia humana, y con los síndromes de Reiter y de Guillain-Barré. También se ha descrito una infección broncopulmonar en un paciente excretor fecal de ooquistes.

Normalmente, el diagnóstico de laboratorio de la ciclosporiosis es directo y se basa en la observación microscópica de los ooquistes inmaduros en preparaciones húmedas, o en tinciones diferenciales, realizadas a partir de heces frescas o conservadas. Para ello, es aconsejable la concentración fecal, mediante centrifugación, Ritchie modificado, o flotación, con el método de flotación en sacarosa de Sheather, en muestras seriadas de heces, dada la baja o moderada, e incluso discontinua, excreción de ooquistes. Las tinciones diferenciales se utilizan para demostrar la característica ácido-alcohol resistencia de los ooquistes de este organismo. Sin embargo, son métodos laboriosos, que requieren de mucho tiempo y experiencia por parte especialista que los lleva a cabo, además de que el uso de tinciones diferenciales plantea problemas de diferenciación con las especies de Cryptosporidium parásitas del hombre, C. parvum y C. muris, especialmente esta última.

Las técnicas moleculares, por tanto, parecen dar solución a estos inconvenientes, detectando la presencia de C. cayetanensis de forma rápida, específica y sensible. No obstante, continúa siendo un reto para muchos laboratorios ya que los procedimientos de extracción de ADN habituales utilizados en los laboratorios a partir de las heces o de productos que pudieran contener los ooquistes en muchos casos no son efectivos. Por ello, se hace necesario seguir un protocolo adecuado de lavado de la muestra para la recuperación de los mismos.

 

Pruebas realizadas en IVAMI:

(Basado en método Bacteriological Analytical Manual. Chapter 19a: Detection of Cyclospora and   Cryptosporidium from Fresh Produce).

 

Muestra recomendada:

 

 

Conservación y envío de la muestra:

 

Plazo de entrega de resultados:

 

 

Coste de la prueba: