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Mycobacterium avium subsp. paratuberculosis –MAP- (Enfermedad de Johne)
 
Información 02-01-2012

     Mycobacterium avium subsp. paratuberculosis (MAP) es un patógeno multihospedador causante de la enfermedad de Johne (Johne´s disease) o paratuberculosis, una enfermedad sistémica e inflamatoria crónica intestinal, de varios tipos histopatológicos, que  afecta a los animales herbívoros.

     Los animales pueden infectarse a través de la leche materna, a través de la alimentación, o por contaminación ambiental. Cuando alcanza el tubo digestivo, la bacteria invade los macrófagos intestinales. El periodo de incubación hasta la aparición de los síntomas puede ser largo, pero los infectados, aún sin síntomas, eliminan la bacteria que puede infectar a otros animales. Los animales afectados por la enfermedad de Johne desarrollan una enteritis granulomatosa crónica que se acompaña de pérdida de peso y a veces de diarrea, disminuye su producción láctea y pueden morir. Es una enfermedad intratable que conlleva el sacrificio de los animales enfermos, por lo que supone una pérdida económica importante. Los animales infectados eliminan abundantes bacilos en el medio ambiente, que junto con su supervivencia ambiental prolongada, facilitan el contagio.

     Las personas se podrían contagiar a partir del ambiente o a través de la leche, habiéndose demostrado su presencia incluso en la leche pasteurizada. Se ha demostrado una relación significativa entre esta especie de micobacteria y la inflamación crónica intestinal de la enfermedad de Crohn humana. Sin embargo, algunos estudios no la han corroborado, probablemente por las diferencias de métodos o de muestras estudiadas. A pesar de ello, en 2008, la Academia Americana de Microbiología concluyó que la asociación de MAP con la enfermedad de Crohn no es cuestionable, pero que su papel en su causalidad necesita demostrarse aún. En el síndrome del intestino irritable (IBD: Irritable Bowel Syndrome) también se ha demostrado su presencia y algún estudio ha demostrado su correlación con el consumo de quesos de elaboración artesanal. Este último proceso se caracteriza por molestias o dolor abdominal persistentes, junto con diarrea, estreñimiento, o ambos, en ausencia de enfermedad orgánica manifiesta y un examen endoscópico aparentemente normal. En estos pacientes a veces se acompaña de obnubilación, dolores de espalda y musculares, cefaleas y alteraciones urinarias. Recientemente, se han encontrado anomalías del sistema nervioso entérico, junto con evidencias histopatológicas y cambios funcionales, motivadas por una activación inmunitaria moderada.

    El diagnóstico en animales y en personas está condicionado por la lentitud de multiplicación de esta bacteria y en sus requerimientos nutritivos especiales. Las muestras pueden ser de heces, sangre periférica, leche, biopsia intestinal o ganglios linfáticos tomados durante la necropsia. El cultivo de las muestras veterinarias suele realizarse en medio HEYM (Herrold´s Egg Yolk Agar) suplementado con micobactina J. Estos cultivos deben seguirse al menos durante unas 16 semanas, debiendo luego confirmarse los aislamientos por tinción de Ziehl-Neelsen, subcultivo de medios sin micobactina y detección de ADN de la secuencia IS900. Sin embargo, actualmente también se está aplicando el cultivo en medio líquido (MIGT) que permite reducir el tiempo de seguimiento a unas 6 semanas. En los animales, para facilitar el diagnóstico de los infectados, se han utilizado pruebas para detectar anticuerpos (ELISA), pero estas pruebas son poco sensibles, sobre todo al inicio de la enfermedad, cuando aún no existen síntomas. Por ello, el hallazgo de anticuerpos sólo permite establecer un diagnóstico de sospecha.

     Los métodos moleculares (PCR), a través de la detección de ADN de la secuencia IS900, han permitido obviar muchos de los inconvenientes existentes en el diagnóstico de esta infección. Así, permiten realizar el diagnóstico con mayor celeridad, permiten confirmar su presencia en cultivo sin necesidad de realizar subcultivos en medios con y sin micobactina, y se han aplicado a varios tipos de muestras (heces, biopsias de mucosa intestinal, biopsias de ganglios linfáticos, y células mononucleares de sangre periférica).

Pruebas realizadas en IVAMI:
  • PCR: en IVAMI realizamos la detección de Mycobacterium avium subsp. paratuberculosis (MAP), mediante la extracción de ADN de cualquiera de las muestras recibidas (ver después), la amplificación de la secuencia IS900 de MAP por PCR, y la confirmación de la especificidad de la prueba por secuenciación del amplificado. Esta prueba es la más utilizada actualmente, tanto para detectar el genoma de MAP en muestras clínicas, como también para confirmar que una micobacteria desarrollada en un cultivo inoculado con una muestra es MAP, sin tener que esperar  a hacer subcultivos en medios con y sin micobactina con lo que se tarda mucho en proporcionar la identificación.

  • Cultivo: Mycobacterium avium subsp. paratuberculosis (Bacilo de Johnes) tiene un crecimiento muy lento y con requerimientos nutritivos especiales. Por ese motivo, habitualmente no se cultiva en ningún laboratorio de Microbiología. No obstante, si lo desea podemos realizarlo en medios de Bactec MGIT suplementados con Mycobactin J, con un seguimiento mensual de los cultivos durante un año, al menos, por lo que su coste es superior.

Muestras recomendadas para animales: heces, sangre periférica extraída con EDTA, y leche. En caso de necropsia, biopsia intestinal, ganglio linfático

Muestras recomendadas para personas: biopsias de la zona periférica de la lesión, evitando la base las ulceraciones con contenido fibroso. Otras muestras alternativas: sangre periférica extraída con EDTA.