Instituto Valenciano de Microbiología
(IVAMI)

Masía El Romeral
Ctra. de Bétera a San Antonio Km. 0,3
46117 Bétera (Valencia)
Tel. 96 169 17 02
Fax 96 169 16 37
Email: 
www.ivami.com
CIF B-96337217

Imprimir

Displasia diastrófica (Diastrophic dysplasia) - Gen DTDST (SLC26A2) 

La displasia diastrófica (DTD) es una enfermedad congénita que forma parte de la familia de condrodisplasias o displasias esqueléticas, de las que supone, posiblemente, la forma más leve. Se caracteriza por baja estatura, contracturas articulares, paladar hendido, tumefacción de oídos exteriores y el llamado “dedo del autoestopista”. Los signos y síntomas de la displasia diastrófica son similares a los de otra alteración esquelética denominada atelosteogénesis tipo 2; Sin embargo, la displasia diastrófica tiende a ser menos grave. Aunque algunos recién nacidos afectados tienen problemas respiratorios, la mayoría de las personas con displasia diastrófica viven hasta la edad adulta.

Las mutaciones en el gen DTDST (“Diastrophic Dysplasia Sulfate Transporter”), también llamado SLC26A2, localizado en el brazo largo del cromosoma 5 (5q32-q33.1) son las responsables de la displasia diastrófica y de otras displasias esqueléticas –véase Acondrogénesis tipo 1B, Atelosteogénesis tipo 2 y Displasia epifisaria múltiple-.

El gen SLC26A2, codifica una proteína que transporta iones de sulfato a través de las membranas celulares. Esta proteína parece ser activa en muchos de los tejidos del organismo, incluyendo el desarrollo del cartílago. Las células del cartílago utilizan iones de sulfato para constituir proteoglicanos. Estas moléculas, ayudan a dar al cartílago su consistencia. Debido a que se requieren iones de sulfato para hacer proteoglicanos, la actividad de transporte de la proteína SLC26A2 es esencial para la formación normal del cartílago.

Se han identificado más de 20 mutaciones en el gen SLC26A2 en las personas con displasia diastrófica. Las personas con displasia diastrófica por lo general tienen una mutación en una copia del gen que altera la estructura normal de la proteína SLC26A2 y una mutación en la otra copia del gen que inhibe la codificación de cualquier proteína funcional. Estos cambios genéticos interrumpen la capacidad de las células del cartílago para utilizar los iones de sulfato necesarios. Sin suficiente sulfato, la célula es incapaz de producir proteoglicanos normales. La deficiencia de estas moléculas esenciales afecta a la estructura del cartílago y la formación y crecimiento normal de los huesos.

Aunque todavía no se conocen los mecanismos exactos, dada la dificultad del proceso y de obtención de individuos comparables entre sí, se cree que las diferencias en la gravedad de las displasias esqueléticas son un reflejo de la diferencia en la captación del sulfato residual a través del transportador de sulfato DTDST mutado. De esta manera, las células de los pacientes con acondrogénesis tipo 1B tienen un transporte de sulfato nulo o mínimo, al tratarse de la entidad más grave, mientras que las condrodisplasias más leves, como la displasia diastrófica y la displasia epifisaria múltiple (MED), tendrían un mayor transporte de sulfato; las de intensidad intermedia (atelosteogénesis tipo 2), por su parte, tendrán un nivel de transporte de sulfato intermedio.

Esta hipótesis está basada en los estudios existentes, que indican que hay una correlación, aunque no absoluta, entre las mutaciones localizadas en el gen DTDST y los fenotipos clínicos de las distintas condrodisplasias. De esta forma, en la condrodisplasia más grave, la ACG1B, se cree que las consecuencias de las anomalías genéticas son dramáticas para la estructura proteica, mientras que para las formas menos intensas, como la displasia diastrófica, se prevén unas alteraciones estructurales no tan graves. No obstante, también existen otros factores que pueden modular la gravedad de la enfermedad, como influencias ambientales o la capacidad de utilizar vías alternativas para el transporte de sulfato, lo que explica la relativa variabilidad fenotípica existente.

Esta enfermedad se hereda con un patrón autosómico recesivo, es decir, ambas copias del gen en cada célula deben tener las mutaciones para que se exprese la alteración. Los padres de un individuo con una enfermedad autosómica recesiva tienen una copia del gen mutado, pero por lo general no muestran signos y síntomas de la enfermedad.

Pruebas realizadas en IVAMI: en IVAMI realizamos la detección de mutaciones asociadas  con displasia diastrófica (DTD), mediante la amplificación completa por PCR de los exones del gen DTDST (SLC26A2), y su posterior secuenciación.

Muestras recomendadas: sangre extraída con EDTA para separación de leucocitos sanguíneos, o tarjeta impregnada con muestra de sangre desecada (IVAMI puede enviar por correo la tarjeta para depositar la muestra de sangre) en caso de diagnóstico postnatal. Para diagnóstico prenatal, biopsia de vellosidades coriónicas.