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Hígado graso no alcohólico, Enfermedad del ..., (Non-alcoholic fatty liver disease) - Genes PNPLA3, APOC3, GCKR, MBOAT7, TM6SF2 y TRIB1 

La enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD), es una acumulación de grasa excesiva en el hígado que puede provocar daño hepático similar al daño causado por el abuso del alcohol, pero que ocurre en personas que no beben alcohol en exceso. Se considera que un individuo tiene un hígado graso (esteatosis hepática) si el hígado contiene más de 5 a 10 por ciento de grasa.

Por lo general, los depósitos de grasa en el hígado asociados con NAFLD no provocan síntomas, aunque pueden dar lugar a un aumento de las concentraciones de enzimas hepáticas. Algunas personas afectadas tienen dolor abdominal o fatiga. Entre el 7 y el 30 por ciento de las personas con NAFLD desarrollan inflamación del hígado (esteatohepatitis no alcohólica –NASH-), lo que provoca daño hepático. El organismo puede reparar daños menores al hígado; sin embargo, el daño intenso a largo plazo puede dar lugar a cirrosis. Los signos y síntomas de la cirrosis, que empeoran a medida que la fibrosis afecta más al hígado, incluyen fatiga, debilidad, pérdida de apetito, pérdida de peso, náuseas, edema e ictericia. La cicatrización de la vena porta puede provocar hipertensión portal, dando lugar a varices en el interior del sistema digestivo. La ruptura de estas varices puede dar lugar a hemorragias que ponen en riesgo la vida.

Se cree que NAFLD y NASH representan muchos casos de cirrosis criptogénica. Se estima que al menos un tercio de las personas con NASH desarrollan cirrosis. Las personas con NAFLD, NASH y cirrosis también tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer hepatocelular. NAFLD se desarrolla con más frecuencia en personas de mediana edad o mayores, aunque los jóvenes, incluidos los niños, también se ven afectados. Con frecuencia, NAFLD es considerada como parte del síndrome metabólico; Además del NAFLD, el síndrome metabólico incluye obesidad, resistencia a la insulina, altas concentraciones de lípidos como colesterol y triglicéridos en sangre, e hipertensión. Sin embargo, una persona con NAFLD puede no tener todas o ninguna de las características asociadas al síndrome metabólico, y las personas con algunas o todas estas manifestaciones clínicas pueden no tener NAFLD.

Las causas específicas de NAFLD no están claras. Las variaciones genéticas y los factores ambientales contribuyen a su desarrollo. Cuando la grasa de la dieta excede las necesidades del organismo y la capacidad de descomponerlo y eliminarlo, parte de la grasa se almacena en el hígado. Se ha sugerido que el consumo excesivo de ciertos nutrientes, como el hierro, el colesterol y los azúcares refinados utilizados en los alimentos procesados, puede aumentar la probabilidad de desarrollar NAFLD. Tampoco está claro qué causa la esteatohepatitis no alcohólica (NASH) y la cirrosis que se desarrollan en algunas personas con NAFLD. Algunas de las posibles razones incluyen la inflamación debida a una reacción del sistema inmune al exceso de tejido graso en el hígado, productos químicos inflamatorios tóxicos (citoquinas) liberados por las células hepáticas o las células grasas, apoptosis de las células hepáticas y el estrés oxidativo. Los efectos de la microbiota intestinal sobre la descomposición y la absorción de nutrientes son también un área activa de investigación.

Los estudios han identificado muchos cambios genéticos que pueden estar asociados con el desarrollo de NAFLD y NASH. Entre ellas se encuentra una variación particular en el gen PNPLA3 (patatin like phospholipase domain containing 3), situado en el brazo largo del cromosoma 22 (22q13.31). Este gen codifica la síntesis de adiponutrina, una proteína que se encuentra en los adipocitos y los hepatocitos. Aunque la función de esta proteína no se entiende completamente, se cree que ayuda a regular la lipogénesis y la lipólisis, así como el desarrollo de adipocitos. Los estudios indican que la expresión del gen PNPLA3 disminuye durante los períodos de ayuno y aumenta después de la ingesta de alimentos, lo que sugiere que la cantidad de proteína adiponutrina codificada se regula según sea necesario para ayudar a procesar y almacenar las grasas procedentes de la dieta. La variación genética de PNPLA3 asociada con NAFLD sustituye el aminoácido isoleucina con el aminoácido metionina en la posición 148 de la proteína (Ile148Met o I148M). Se cree que la variación genética de PNPLA3 asociada con NAFLD da lugar a un aumento de la producción y a una disminución de la descomposición de las grasas en el hígado.

Además de la variación identificada en el gen PNPLA3, se han descrito otros genes  cuyas variaciones pueden estar implicadas en el desarrollo de la enfermedad. Estos genes incluyen: 

Se puede transmitir un mayor riesgo de desarrollar NAFLD en familias a través de generaciones, pero el patrón de herencia se desconoce. Las variaciones en algunos genes, así como el estilo de vida y ciertos factores ambientales contribuyen al riesgo de desarrollar este proceso complejo.

Pruebas realizadas en IVAMI: en IVAMI realizamos la detección de mutaciones asociadas  con enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD), mediante la amplificación completa por PCR de los exones de los genes PNPLA3, APOC3, GCKR, MBOAT7, TM6SF2 y TRIB1, respectivamente,  y su posterior secuenciación.

 

Muestras recomendadas: sangre extraída con EDTA para separación de leucocitos sanguíneos, o tarjeta impregnada con muestra de sangre desecada (IVAMI puede enviar por correo la tarjeta para depositar la muestra de sangre).