Erysipelothrix rhusiopathiae (Erisipeloide de Baker-Rosenbach; Erisipela del cerdo; Mal rojo del cerdo): Cultivo y diagnóstico molecular (PCR)

 

Erysipelothrix rhusiopathiae es un bacilo grampositivo de distribución mundial del género Erysipelothrix,  familia Erysipelotrichaceae. Esta bacteria se considera principalmente un patógeno animal, en los que causa la enfermedad denominada erisipela del cerdo, también conocida como “mal rojo del cerdo”, una enfermedad endémica en los países con explotaciones porcinas en las que puede ocasionar importantes pérdidas económicas. Además de los cerdos, otras especies animales que pueden afectarse incluyen pavos, aves, ovejas, peces y reptiles. Erysipelothrix rhusiopathiae puede afectar también a las personas causando el erisipeloide de Baker-Rosenbach.

Esta bacteria es un bacilo grampositivo, no esporulado, que posee una resistencia elevada a las condiciones ambientales adversas y puede permanecer durante meses en los tejidos animales, ya sea en la carne congelada, harina de pescado, carnes en salazón o ahumadas, entre otros. Actualmente se admiten dos especies por sus diferencias filogenéticas: Erysipelohrix rhusiopathiae y Erysipelothrix tonsillarum. Erysipelothrix rhusiopathiae presenta dos tipos de colonias: unas colonias lisas que son más pequeñas y que están formadas por bacilos cortos, y unas colonias rugosas formadas por bacilos largos sin ramificar dispuestos en cadena. Se han diferenciado 23 serovariedades y tipo N. Según los estudios de hibridación ADN-ADN existirían 4 especies, aunque a dos de ellas que corresponderían, respectivamente a las serovariedades 3 y 18, no se les ha asignado nombre de especie.  Erysipelothrix rhusiopathiae incluiría a las serovars 1 a, 1b, 2, 4, 6, 8, 9, 11, 12, 15, 16, 17, 19, 21 y N); Erysipelothrix tonsillarum incluiría a las serovars 7, 10, 14, 20, 22 y 23. Se encuentra muy distribuido en la naturaleza, encontrándose en el suelo como saprófito, o en la materia orgánica en descomposición. Se considera tanto un comensal como un patógeno, dependiendo de las especies animales. No es patógeno para los peces, y puede sobrevivir durante largos periodos de tiempo en la biocapa mucosa (slime) exterior de una amplia variedad de peces, tanto de agua dulce, como de agua salada, de cefalópodos y de crustáceos. En los peces se ha aislado incluso de los congelados, así como de las heces de los animales que ingieren peces. Para otros animales, como ocurre con los cerdos, ovejas y bóvidos puede provocarles enfermedad, pero también se ha aislado de cerdos sanos. Al ser una bacteria grampositiva puede confundirse con Listeria monocytogenes, Corynebacterium pyogenes, Streptococcus suis, etc.

El ciclo biológico de este microorganismo implica un hospedador donde se multiplica, siendo el principal reservorio natural el cerdo. Es un microorganismo patógeno oportunista que sobrevive multiplicándose intracelularmente dentro de los macrófagos y los leucocitos polimorfonucleares (PMN) debido a sus enzimas antioxidantes que le confieren protección frente a las especies reactivas del oxígeno y a las fosfolipasas. Este microorganismo se adhiere a las células hepáticas así como a las válvulas cardíacas de los animales. Erysipelothrix rhusiopathiae posee factores de virulencia que intervienen en su mecanismo de patogenicidad. Las enzimas hialuronidasa y neuraminidasa le permiten invadir en el  hospedador. La hialuronidasa facilita la diseminación en los tejidos y la neuraminidasa produce la escisión del ácido siálico, una molécula ampliamente distribuida en la superficie de las células eucariotas que podría servir como un requerimiento nutricional para Erysipelothrix rhusiopathiae.

La transmisión de Erysipelothrix rhusiopathiae se produce a través de la ingestión o inhalación de bacilos procedentes de las secreciones o exudados corporales, agua y alimentos contaminados, así como por vía transplacentaria. La diseminación de la bacteria puede producirse a través del agua de lavado y las acequias, por la incorporación de animales  afectados a animales no afectados así como a través del suministro de alimentos y agua contaminados.

En los animales, la infección por Erysipelothrix rhusiopathiae afecta fundamentalmente a cerdos y aves, como pollos o pavos. En los cerdos provoca la erisipela porcina (mal rojo del cerdo) que puede seguir un curso agudo o crónico. La forma aguda es una septicemia caracterizada por cuadro con hipertermia, dolores articulares, marcha rígida, postración y muerte rápida con un síndrome de coagulación intravascular diseminada, con necrosis vascular e infartos cutáneos romboidales. En ocasiones, la infección se acompaña de anorexia, taquicardia, disnea, conjuntivitis, congestión de mucosas y alteraciones gastrointestinales. En las aves, como los pavos, la erisipela es una infección aguda con trombosis séptica, edemas y hemorragias pulmonares y cardiacas, y necrosis parenquimatosa diseminada. En los casos de infección crónica puede provocar artritis, endocarditis y necrosis cutánea. La presentación crónica produce mayor impacto económico debido a las muertes como consecuencia de las endocarditis y a la disminución de la tasa de crecimiento de los animales. La infección se produce también en aves que comen peces, como es el caso de los pingüinos de zoológicos alimentados con peces. En los animales acuáticos en cautividad de zoológicos y acuarios, los cetáceos son los más susceptibles, y se manifiesta como septicemia aguda o una dermatitis multifocal.

En las personas, la infección por Erysipelothrix rhusiopathiae se manifiesta generalmente como una lesión cutánea rojiza bien definida denominada erisipeloide de Baker-Rosenbach, que se localiza generalmente en la parte posterior de las manos y los dedos, aunque en raras ocasiones puede localizarse en la palma de la mano, los antebrazos, los brazos, la cara y las piernas. Estas lesiones pueden ser asintomáticas o acompañarse de prurito leve, dolor y fiebre. Puede presentarse también la forma digestiva o la forma diseminada. La forma de presentación más grave es la septicémica, de baja incidencia, que puede asociarse a meningitis y artritis séptica, pudiendo derivar en endocarditis. En esta ultima forma de presentación, la enfermedad puede ser mortal. La enfermedad causada por este microorganismo en las personas  (Erisipeloide) se considera una enfermedad profesional, ya que afecta de manera particular a criadores de animales, veterinarios, matarifes, peleteros, carniceros, pescaderos, pescadores y amas de casa. En entornos marineros la mayoría de las infecciones por arañazo o punción cutánea por escamas, dientes, huesos o espinas de peces o langostas.

Pruebas recomendadas para el diagnóstico:

 

El diagnóstico se basa en la observación microscópica, el cultivo, o en los métodos de diagnóstico molecular (PCR). Los métodos moleculares (PCR), ofrecen la ventaja de proporcionar un diagnóstico rápido y específico.

Lo habitual es el cultivo de muestras tomadas de articulaciones, corazón, y otros órganos. El cultivo proporciona colonias muy pequeñas en 24 a 48 horas, y puede ser difícil de aislar en muestras muy contaminadas. Se requieren al menos 3 días para disponer de los resultados con la identificación, y unos 10 días para identificar la serovariedad.

Pruebas realizadas en IVAMI:

 

  • Detección por aislamiento mediante cultivo en medios selectivos.
  • Diagnostico molecular (PCR), para detectar ADN de Erysipelothrix rhusiopathiae.

Muestra recomendada:

 

  • Muestra de tejido infectado.
  • Sangre total extraída con EDTA (2 a 5 mL) (en casos de infección generalizada).

Conservación y envío de la muestra:

 

  • Refrigerada (preferido) durante menos de 2 días.
  • Congelada: más de 2 días.

 

Plazo de entrega:

 

  • Cultivo: 72 horas.
  • Diagnóstico molecular (PCR): 24 a 48 horas.

Coste de la prueba:  

 

           Consultar a ivami@ivami.com