Lengua azul, Virus de la ..., (Bluetongue virus) (dsRNA, Reoviridae, Orbivirus): Diagnóstico molecular (RT-PCR).
Información 02-01-2012
La enfermedad denominada “lengua azul” es una enfermedad viral infecciosa, no contagiosa, que afecta casi exclusivamente a las ovejas en particular de las razas de lana fina y carne de cordero, también a los ciervos de cola blanca (Odocoileus virginianus), al berrendo (Antilocapra americana) y el borrego cimarrón del desierto (Ovis canadensis). Estos últimos pueden desarrollar una enfermedad clínica grave en América del Norte. La infección es frecuente en todo el mundo pero suele ser asintomática o leve en la mayoría de los rumiantes infectados.
El virus de la lengua azul pertenece a la especie del genero Orbivirus de la familia Reoviridae. Hay 24 serotipos a nivel mundial. Es transmitido por artrópodos, siendo los vectores dípteros nocturnas (“beatillas”) del género Culicoides, Familia Ceratopogonidae. En España, como en todo el Sur de Europa, África y Oriente Medio, Culicoides obsoletus y Culicoides imicola, una especie termófila de origen afroasiático, frecuente en todo el sudoeste peninsular, son los más implicadops. En Australia, lo son C. fulvus, C. actoni y C. wadai; y en América, C. variipennis y C. insignis. C. imicola cría en el estiércol por lo que los estercoleros y no movidos son criaderos excelentes, mientras que los excrementos en pleno campo suelen secarse con excesiva rapidez para sustentarlo. Estos artrópodos son estacionales, con presencia en verano y otoño, muy dependientes de la humedad, por lo que la enfermedad la propagan a lo largo de los cursos de agua, y de hábitos nocturnos. Su vuelo es limitado pero pueden fácilmente ser transportados a largas distancias por el viento (130-200 km). En los biotopos subtropicales, o en determinadas zonas templadas, los adultos pueden sobrevivir durante todo el invierno.
Estos artrópodos no transmiten el virus a su descendencia y se infectan al picar a un animal virémico. Una vez producida la infección, el virus se multiplica profúsamente en las células de intestino y de las glándulas salivares, permanciendo infectado el resto de su vida. La transmisión es elevada a través de inoculación percutánea. Los brotes de la enfermedad se relacionan exclusivamente con la presencia de adultos activos infectantes. Estos Culicoides están presentes a lo largo de todo el año en las zonas enzoóticas, solapándose las distintas generaciones y asegurando así la permanencia de la infección, mientras que en las zonas donde se registran brotes epizoóticos esta presencia está limitada a los meses más cálidos. Las garrapatas también puede actuar como vector mecánico o biológico de la enfermedad, pero su importancia epidemiológica es muy escasa.
Las manifestaciones clínicas de la enfermedad son variables y dependen en última instancia de la virulencia de la cepa involucrada y de la especie afectada. En algunas explotaciones animales no se produce ningún tipo de sintomatología, o es muy leve, mientras que en otras el proceso puede afectar a la mayoría de los animales. El período de incubación suele oscilar entre 6 y 10 días, siendo el curso de la enfermedad habitualmente agudo o subagudo. En las ovejas el proceso comienza con fiebre oscilante de hasta 41°C durante 2 a 12 días, acompañada de leucopenia, depresión y atonía ruminal, dolores musculares (tortícolis), y edemas cutáneos, especialmente cefálicos. También se pueden producir abortos y malformaciones fetales en las hembras gestantes. Como secuelas pueden quedar tortícolis y cojeras permanentes y bandas pigmentadas en las pezuñas. En las vacas el cuadro suele ser subclínico presentando exclusivamente ligeras alteraciones en la fórmula leucocitaria y linfocitaria sanguínea. En el caso de que haya existido una sensibilización previa con un Orbivirus puede producirse una sintomatología similar a la ovina aunque de carácter más leve.
En muchas zonas del mundo, la lengua azul en ovejas, y especialmente en otros rumiantes, es subclínica y, por tanto, la confirmación de laboratorio basado en la identificación del ARN viral por PCR es necesaria. En IVAMI realizamos su diagnóstico de laboratorio detectando el genoma ARN de este virus mediante una transcripción seguida de amplificación (RT-PCR).
La enfermedad denominada “lengua azul” es una enfermedad viral infecciosa, no contagiosa, que afecta casi exclusivamente a las ovejas en particular de las razas de lana fina y carne de cordero, también a los ciervos de cola blanca (Odocoileus virginianus), al berrendo (Antilocapra americana) y el borrego cimarrón del desierto (Ovis canadensis). Estos últimos pueden desarrollar una enfermedad clínica grave en América del Norte. La infección es frecuente en todo el mundo pero suele ser asintomática o leve en la mayoría de los rumiantes infectados.
El virus de la lengua azul pertenece a la especie del genero Orbivirus de la familia Reoviridae. Hay 24 serotipos a nivel mundial. Es transmitido por artrópodos, siendo los vectores dípteros nocturnas (“beatillas”) del género Culicoides, Familia Ceratopogonidae. En España, como en todo el Sur de Europa, África y Oriente Medio, Culicoides obsoletus y Culicoides imicola, una especie termófila de origen afroasiático, frecuente en todo el sudoeste peninsular, son los más implicadops. En Australia, lo son C. fulvus, C. actoni y C. wadai; y en América, C. variipennis y C. insignis. C. imicola cría en el estiércol por lo que los estercoleros y no movidos son criaderos excelentes, mientras que los excrementos en pleno campo suelen secarse con excesiva rapidez para sustentarlo. Estos artrópodos son estacionales, con presencia en verano y otoño, muy dependientes de la humedad, por lo que la enfermedad la propagan a lo largo de los cursos de agua, y de hábitos nocturnos. Su vuelo es limitado pero pueden fácilmente ser transportados a largas distancias por el viento (130-200 km). En los biotopos subtropicales, o en determinadas zonas templadas, los adultos pueden sobrevivir durante todo el invierno.
Estos artrópodos no transmiten el virus a su descendencia y se infectan al picar a un animal virémico. Una vez producida la infección, el virus se multiplica profúsamente en las células de intestino y de las glándulas salivares, permanciendo infectado el resto de su vida. La transmisión es elevada a través de inoculación percutánea. Los brotes de la enfermedad se relacionan exclusivamente con la presencia de adultos activos infectantes. Estos Culicoides están presentes a lo largo de todo el año en las zonas enzoóticas, solapándose las distintas generaciones y asegurando así la permanencia de la infección, mientras que en las zonas donde se registran brotes epizoóticos esta presencia está limitada a los meses más cálidos. Las garrapatas también puede actuar como vector mecánico o biológico de la enfermedad, pero su importancia epidemiológica es muy escasa.
Las manifestaciones clínicas de la enfermedad son variables y dependen en última instancia de la virulencia de la cepa involucrada y de la especie afectada. En algunas explotaciones animales no se produce ningún tipo de sintomatología, o es muy leve, mientras que en otras el proceso puede afectar a la mayoría de los animales. El período de incubación suele oscilar entre 6 y 10 días, siendo el curso de la enfermedad habitualmente agudo o subagudo. En las ovejas el proceso comienza con fiebre oscilante de hasta 41°C durante 2 a 12 días, acompañada de leucopenia, depresión y atonía ruminal, dolores musculares (tortícolis), y edemas cutáneos, especialmente cefálicos. También se pueden producir abortos y malformaciones fetales en las hembras gestantes. Como secuelas pueden quedar tortícolis y cojeras permanentes y bandas pigmentadas en las pezuñas. En las vacas el cuadro suele ser subclínico presentando exclusivamente ligeras alteraciones en la fórmula leucocitaria y linfocitaria sanguínea. En el caso de que haya existido una sensibilización previa con un Orbivirus puede producirse una sintomatología similar a la ovina aunque de carácter más leve.
En muchas zonas del mundo, la lengua azul en ovejas, y especialmente en otros rumiantes, es subclínica y, por tanto, la confirmación de laboratorio basado en la identificación del ARN viral por PCR es necesaria. En IVAMI realizamos su diagnóstico de laboratorio detectando el genoma ARN de este virus mediante una transcripción seguida de amplificación (RT-PCR).