Mycoplasma bovis[/I][/B] - Diagnóstico molecular (PCR)
 
     Mycoplasma bovis es la especie de micoplasma bovino más patógena en Europa y EE.UU. causante de neumonía bovina, artritis, alteraciones genitales y abortos, que posee un gran interés por las repercusiones económicas en el ganado bovino y en la producción láctea. En el ganado bovino las pérdidas están motivadas por las enfermedades respiratorias ya que esta bacteria es la responsable de la tercera o cuarta parte de las infecciones respiratorias. Además, los animales afectados tienen pérdida de peso, con la consiguiente devaluación de las canales. A través del transporte global de animales y de esperma se ha extendido a muchos países.

       Este micoplasma fue descubierto en EE.UU. como causante de mastitis con un cuadro similar al producido por Mycoplasma agalactiae, y se denominó Mycoplasma bovimastitis, y posteriormente Mycoplasma agalactiae subsp. bovis. Por estudios genómicos de 16S rRNA pasó a considerarse una especie distinta.

       Aunque sea una bacteria que carece de pared celular, sin espacio periplásmico protector, y con un genoma muy pequeño, es muy resistente a las condiciones ambientales, y puede sobrevivir hasta 2 meses en la leche refrigerada (4ºC), 2 semanas en agua, 37 días en estiércol, 2 días en maderas y metales, y 7 días en gomas y vidrio.
      
       Una característica muy importante para comprender por qué puede estar en estado de portador en animales sanos, es la capacidad de cambio antigénico en su membrana citoplásmica. Ello se debe, a unas lipoproteínas antigénicas de superficie (Vsps: Variable surface lipoprotein antigens), que le permiten la variación antigénica. En esta especie de micoplasma esto ocurre con elevada frecuencia a través del cambio fenotípico de las Vsp por un reordenamiento de su ADN. Los mecanismos concretos de su patogénesis se desconocen. Puede adherirse a los neutrófilos y macrófagos, persistiendo y multiplicándose en la superficie de estas células.

       Mycoplasma bovis puede actuar como patógeno primario o como patógeno secundario. Con frecuencia los micoplasmas infectan a los animales debilitados, afectados por una infección respiratoria viral o bacteriana (BRSV –virus respiratorio sincitial bovino-, PI-3 –Parainfluenzavirus tipo 3- Adenovirus bovino, BVDV –virus diarrea viral bovina-, Pasteurella multocida, Mannheimia haemolytica, Arcanobacterium pyogenes, Haemophilus sommus, Mycoplasma dispar, Mycoplasma canis y Ureaplasma diversum). También existen evidencias de que Mycoplasma bovis puede infectar ganado sano y causar signos de enfermedad. Los  micoplasmas pueden encontrarse en las secreciones respiratorias del ganado normal sano y del ganado enfermo. Incluso las vacas de leche sin signos de enfermedad respiratoria, pueden tener micoplasmas en su aparato respiratorio. Se considera que los micoplasmas pueden extenderse desde unos cuantos animales portadores de la bacteria a otros animales del rebaño a través de las secreciones respiratorias, por contacto directo y a través aerosoles. Otra vía de transmisión puede ser a través de la alimentación de terneros con leche infectada con Mycoplasma bovis.

       Mycoplasma bovis causa infección crónica persistente en terneros y vacas. Puede causar diversas manifestaciones clínicas, como mastitis en vacas y artritis y neumonía en animales jóvenes, alteraciones genitales, abscesos, conjuntivitis, otitis, y meningitis. Los síntomas observados en los animales infectados son fiebre, depresión, perdida de apetito, hiperventilación, disnea, exudación nasal y tos.

       Los signos de enfermedad respiratoria incluyen fiebre, taquipnea, inapetencia, tos, exudación nasal. La infección puede ocurrir en forma de brote de vacas lecheras con una parte de ellas desarrollando otitis, artritis o tenosinovitis secundarias a la infección respiratoria, que en general responden mal al tratamiento. En la necropsia su implicación se sugiere por la presencia de lóbulos condensados, firmes, rojo oscuro junto con nódulos agrandados blanquecinos o amarillentos. Los animales infectados suelen tener artritis en al menos una articulación con acumulo de líquido amarillento y fibrina en la articulación.

       En algunos estudios de prevalencia e importancia de Mycoplasma bovis comparado con otros agentes infecciosos causantes de enfermedad respiratoria bovina (Mycoplasma bovis, virus de la diarrea viral bovina, virus respiratorio sincitial bovino y virus Parainfluenza tipo 3), mediante seroconversión y aislamiento de bacterias de líquido de lavado boncoalveolar, han demostrado que Mycoplasma bovis fue el agente etiológico más frecuente en brotes de enfermedad respiratoria bovina, extendiéndose inicialmente y ampliamente en las unidades afectadas. A comparar el cultivo bacteriológico y la detección molecular por PCR con torundas de exudado nasal, para detectar Mycoplasma bovis, se ha demostrado la utilidad de la PCR.

Diagnóstico

       El diagnóstico puede realizarse mediante cultivo o mediante detección molecular por PCR. El problema del cultivo es su lentitud de crecimiento y la necesidad de identificación posterior, para un proceso que requiere un diagnóstico rápido para tomar las medidas adecuadas y evitar el desarrollo de un brote. Por ello, el diagnóstico molecular mediante PCR es el método recomendado.
      
       Debe tenerse en cuenta que puede encontrarse presente en animales sanos, por lo que en ausencia de enfermedad respiratoria manifiesta, para dar significación al hallazgo, debe buscarse la existencia de otros signos como pueden ser los de artritis, tenosinovitis, …

Tratamiento

       Las infecciones por Mycoplasma bovis pueden tratarse con antibióticos, como tetraciclinas y macrólidos. No utilizar ningún beta-lactámico (penicilinas). Es muy importante la detección y tratamiento precoz, así como realizar un tratamiento prolongado (10-14 días).
      
Prevención

       Mycoplasma bovis puede encontrarse presente en ausencia de sintomatología de enfermedad respiratoria. Las situaciones estresantes pueden desencadenar la enfermedad respiratoria. Entre estas situaciones deben tenerse en cuenta: nutrición y aporte de minerales inadecuados o hacinamiento, como ocurre en la denominada “fiebre del transporte”, infección. También puede manifestarse debido a la coinfección con virus respiratorios.  Existen vacunas, pero no se han demostrado efectivas. La respuesta inmunitaria frente a la proteína antigénica gliceraldehido-3-fosfato deshidrogenasa, hace considerar a este antígeno como un posible candidato para una vacuna.

Pruebas realizadas en IVAMI:

  • Diagnóstico molecular: prueba de PCR para Mycoplasma bovis.

Muestra recomendada:

  • Infección respiratoria: exudado nasal tomado con torunda.
  • Artritis: líquido articular tomado por punción.
  • Leche: leche en recipiente estéril (10 mL).

Conservación y envío de la muestra:

    Refrigerada (preferido) durante menos de 2 días.
    Congelada: más de 2 días.

Plazo de entrega:

  • PCR para dianas moleculares: 24 a 48 horas de recibir la muestra.

Coste de la prueba:    

       Consultar a ivami@ivami.com