Clouston, Síndrome de ... ; Displasia ectodérmica hidrótica (Clouston syndrome) - Gen GJB6

El síndrome de Clouston, también conocido como displasia ectodérmica hidrótica 2, es una forma de displasia ectodérmica, afección caracterizada por el desarrollo anormal de algunas o de todas las estructuras ectodérmicas, que incluyen la piel, el cabello, las uñas, los dientes, y las glándulas sudoríparas. En concreto, el síndrome Clouston se caracteriza por anomalías del cabello, las uñas y la piel, aunque los dientes y las glándulas sudoríparas pueden no verse afectados.

En los recién nacidos con síndrome de Clouston, el pelo del cuero cabelludo es escaso, irregular y de color más claro que el pelo de otros miembros de la familia, y también es frágil y quebradizo. En la pubertad, los problemas del cabello pueden empeorar hasta dar lugar a una alopecia total. El pelo de las pestañas, las cejas, las axilas y el vello pubiano también son escasos o inexistentes.

El crecimiento anormal de las uñas (distrofia ungueal) también es característico del síndrome de Clouston. Las uñas pueden aparecer blancas en los primeros años de vida, luego  crecen lentamente y poco a poco se vuelven gruesas y deformes. En algunas personas con síndrome de Clouston, la distrofia ungueal es la característica más notable. Muchas personas con el síndrome de Clouston tienen hiperqueratosis palmo-plantar, áreas de la piel hiperpigmentadas, especialmente sobre las articulaciones, y los dedos con puntas ensanchadas y redondeadas (dedos en palillo de tambor).

El síndrome de Clouston es debido a mutaciones en el gen GJB6, situado en el brazo largo del cromosoma 13 (13q12), que codifica la proteína de unión beta 6, más conocida como la conexina 30. Esta proteína forma parte de la familia de las conexinas. Las conexinas forman canales de unión que permiten el transporte de nutrientes, iones y moléculas de señalización entre las células vecinas. El tamaño de la apertura de salida y los tipos de partículas que se mueven a través de ella se determinan por las proteínas conexinas concretas que forman el canal.

La conexina 30 se encuentra en varios tejidos diferentes en todo el organismo, incluyendo el cerebro, el oído interno, la piel, especialmente en las palmas de las manos y plantas de los pies, los folículos pilosos y las uñas. Por su presencia en el oído interno, interesa conocer su papel en la audición, para lo que se requiere la conversión de las ondas sonoras en impulsos nerviosos eléctricos. Esta conversión implica muchos procesos, incluyendo el mantenimiento del nivel adecuado de iones de potasio en el oído interno. Algunos estudios indican que las uniones con conexina 30 ayudarían a mantener el nivel correcto de iones de potasio.

Se han identificado al menos cuatro mutaciones genéticas GJB6 en las personas con síndrome de Clouston. Las mutaciones genéticas asociadas cambian aminoácidos en la proteína conexina 30. Aunque los efectos de estas mutaciones no se entienden completamente, éstas provocan alteraciones en el crecimiento, la división y la maduración de las células de los folículos del pelo, las uñas y la piel.

El síndrome de Clouston se hereda con un patrón autosómico dominante, lo que significa que una copia del gen alterado en cada célula es suficiente para expresar el proceso. En la mayoría de los casos, una persona afectada hereda la mutación de un progenitor afectado. Otros casos son debidos a nuevas mutaciones en el gen y ocurren en personas sin antecedentes de la enfermedad en su familia.

Pruebas realizadas en IVAMI: en IVAMI realizamos la detección de mutaciones asociadas  con el síndrome de Clouston, mediante la amplificación completa por PCR de los exones del gen GJB6, y su posterior secuenciación.

Muestras recomendadas: sangre extraída con EDTA para separación de leucocitos sanguíneos, o tarjeta impregnada con muestra de sangre desecada (IVAMI puede enviar por correo la tarjeta para depositar la muestra de sangre).